domingo, 10 de mayo de 2009

Vil encanto

Otoño agónico. Mar de suspiros aletargados que se pierden en la arena, como si nunca hubiesen sido. Mi mente busca entre paradigmas las palabras perfectas para describir eso que siento, y que me hace actuar de este modo. Sólo hay caos, muerte, destrucción. Sentimientos encontrados e inefables, que tienden a abrumarme aún más de lo esperado. Quizás debería hallar un sentido a todo eso que me pasa, quizás todo lo que fue nunca debió haber sido. Solamente sé que al verte no puedo evitar forzar una sonrisa, necesito que creas que todo se encuentra como antes, aunque nada esté más alejado de la realidad. Mi lucha conmigo mismo se concreta, una parte de mí fenece con el contacto de tus ojos, aquellos que una vez me invitaron a lo más profundo de tu ser, y que hoy son parte de mi condena. Si acaso pudieras descifrar mi secreto más profundo, ese que te envuelve y te envía recurrentemente hacia mí, todo marcharía como siempre. No suscita el menor interés para vos, tu mundo de oropeles, halagos inútiles, frases armadas y emociones ficticias.
Mientras tanto, mis pasos siguen, uno tras otro, inercialmente. Todo marcha como debería continuar. Y vos, impávido, ni siquiera sospechás lo que podés provocar con solamente tu presencia.
Solo, con mi alma, miro aquel lugar donde te vi por primera vez. Mi pecho se oprime en un afán deleznable por contenerme y me pierdo, en otra oportunidad, en sórdidos ensueños que se esfuman, sublimando hechos, palabras, en la nada misma, en aquel estado del que nunca deberían haber salido.

2 comentarios:

Lena - Cocotúoc dijo...

Facundo, estos últimos tres, cuatro textos que subiste, están muy lindos.
Congratuleiyons, escribís bastante zarpadito.

La Male.

Facundo dijo...

2009