Mirame cuando te hablo.
Hasta la roca se erosiona
Con agua
Con viento
Con tiempo.
Pero si me veo obligado,
Si debo sostener esa-tu-la-cara;
Y golpear el punto exacto con los dedos
Y pedirte que emitas un canto de sirenas
Y un vuelo de coleópteros;
Entonces no, entonces no me esperes:
Ya habré despegado.
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