La ciudad humedecida
Al soplido de un gigante,
Sumergida en el sudor
De las multitudes
Ciudad culta, ciudad casta
De trenes repletos
Que enseña sus piernas
Al transeúnte
Y me empaña
Y me desarma
Y escupe sus brazos de anchas avenidas,
Mientras traga su cáncer
Y toma impulso con el correr
De pasajeros,
De parejas jóvenes;
Ofrece volantes en las esquinas
Como invitándome
Pero no, la ciudad y su histeria
Atragantada en los buzones desolados.
La ciudad me quiere coger.
jueves, 1 de abril de 2010
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